Un allanamiento del Ministerio Público Fiscal, junto a la Municipalidad y el Ministerio de Salud, reveló el espeluznante estado de un geriátrico clandestino en Justo Daract, donde adultos mayores vivían en condiciones inhumanas.

El establecimiento, que funcionaba sin habilitación oficial desde 2018, no contaba con supervisión médica ni sanitaria. El fiscal José Olguín, a cargo de la investigación, aseguró que los residentes estaban expuestos a un entorno insalubre, donde “la negligencia dio paso al delito”.

Las responsables: madre e hija bajo la lupa

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Durante el operativo, las responsables del geriátrico, una mujer y su hija de 25 años, fueron demoradas. La más joven incluso amenazó a la Policía, lo que agrava su situación judicial. Ambas enfrentan cargos por abandono de personas, reducción a la servidumbre y explotación económica.

Los familiares de los residentes pagaban entre $350.000 y $900.000 por mes, pero no se encontraron registros médicos ni evidencia de atención adecuada. Se restringían las visitas y se maquillaban las condiciones del lugar para ocultar la realidad.

Testimonios de terror y una valiente denunciante

Las historias que emergen son estremecedoras. Colón Mora, un residente, sufría maltratos físicos y psicológicos. Alejandra Mora, su hija, relató cómo su padre fue castigado reiteradamente: “Le quemaron los genitales con agua hirviendo, lo golpeaban y lo dejaban tirado”.

El quiebre en la situación llegó cuando Sheila Cuello, una extrabajadora de 21 años, reunió pruebas y denunció los abusos. Cuello detalló que se le exigía atar a los abuelos cuando se portaban mal, golpearlos y someterlos a castigos crueles. Finalmente, denunció ante la Policía y logró que se allanara el lugar.

Rescate y dudas sobre la supervisión estatal

Los residentes fueron trasladados a centros médicos y puestos bajo cuidado de sus familias. Sin embargo, algunos fueron derivados a otros geriátricos, generando dudas sobre si realmente estarán mejor atendidos.

Mientras tanto, la investigación avanza para determinar si hubo omisiones por parte de organismos locales que permitieron que este establecimiento funcionara durante años sin control.

¿Justicia o escándalo mediático?

El abogado de los propietarios defendió a sus clientes alegando que las denuncias forman parte de una “campaña de desprestigio” y cuestionó el accionar policial: “Se montó un operativo innecesario para un escándalo mediático”.

Desde la Fiscalía de Instrucción Penal, Antonella Romagnoli confirmó que la investigación sigue en curso y busca esclarecer la verdad.

El horror de un geriátrico clandestino en Justo Daract: abandono, maltrato y hambre