
El 30% del padrón electoral no votó en las elecciones generales de 2023 en Argentina, a pesar de que el sufragio es obligatorio por ley. Esta cifra récord de ausentismo reabre el debate: ¿debería el voto seguir siendo obligatorio o convertirse en un acto voluntario?
Desde 1912, con la Ley Sáenz Peña, Argentina estableció el voto obligatorio para ciudadanos de 18 a 70 años. Sin embargo, en un contexto de desencanto político y apatía, muchos cuestionan si esta medida sigue siendo efectiva.
Argumentos a favor del voto obligatorio
Quienes defienden el sistema actual aseguran que garantiza una participación más amplia y representativa. “Si fuera voluntario, los sectores más vulnerables quedarían excluidos”, advierten desde ONGs especializadas. Además, sostienen que el sufragio es un deber cívico, al igual que pagar impuestos o respetar las leyes.
Argumentos a favor del voto voluntario
En cambio, quienes proponen el cambio señalan que en países como EE.UU., Chile o Alemania el voto es voluntario y sus democracias no se ven afectadas. “Obligar a votar a quien no está informado puede generar votos nulos o al azar”, argumentan. También destacan que este sistema obligaría a los partidos a conectar mejor con la ciudadanía.
¿Una solución intermedia?
Algunos expertos plantean alternativas, como:
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Mantener la obligatoriedad solo para jóvenes (hasta los 25 años).
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Eliminar las sanciones por no votar, como ya ocurre con los mayores de 70.
Conclusión: Más allá del sistema, la clave está en fomentar una ciudadanía informada y comprometida. El debate sigue abierto.