
Cada 24 de septiembre, la Iglesia Católica celebra a Nuestra Señora de la Merced, advocación mariana que se remonta al siglo XIII. También llamada Virgen de la Misericordia, está ligada a apariciones, batallas y gestos de fe que marcaron la historia.
Según la Agencia Católica de Informaciones (ACI), en 1218 la Virgen se apareció a San Pedro Nolasco, inspirándolo a fundar una orden religiosa dedicada a liberar a cristianos cautivos en tierras ocupadas por musulmanes. De allí nació la Orden de la Merced, cuyos miembros, vestidos con túnica blanca y cruz roja, ofrecían su vida para rescatar esclavos.
El Papa Gregorio IX oficializó la comunidad y, con el tiempo, esta advocación se expandió por el mundo. En 1696, el Papa Inocencio XII fijó el 24 de septiembre como su fiesta litúrgica.
En la Argentina, la devoción adquirió un valor especial: es la patrona de Tucumán y se la asocia a la victoria en la Batalla de Tucumán (1812). Ese día, el general Manuel Belgrano encomendó el ejército a la Virgen y le entregó su bastón de mando, proclamándola “Generala del Ejército”. En 1943, el título fue oficializado por el presidente Pedro P. Ramírez.
En Villa Mercedes, la relación con la Virgen comenzó en tiempos del Fuerte Constitucional. La primera capilla estuvo en la actual calle Pedernera, hasta que en 1861 se levantó el templo parroquial. Con el paso de los años, la ciudad adoptó el nombre “Mercedes” en honor a la advocación mariana.
Hoy, la fiesta patronal sigue siendo una de las más importantes de la comunidad. Este miércoles 24, las celebraciones comenzarán a las 10:00 con el “Abrazo Materno” y continuarán durante toda la jornada con rosario, misas y procesión encabezadas por el obispo de San Luis, Monseñor Gabriel Barba.
Celebrar a Nuestra Señora de la Merced es reafirmar la fe, la pertenencia y la memoria colectiva de un pueblo.