
Cada 11 de abril se conmemora el Día Mundial del Parkinson, una fecha clave para visibilizar una enfermedad que, según estimaciones, afecta a unas 100 mil personas en Argentina. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que para 2030 el número de pacientes en el mundo podría superar los 12 millones.
La enfermedad de Parkinson es un trastorno del movimiento provocado por la disminución de dopamina en el cerebro, una sustancia clave para coordinar los movimientos. Aunque algunos casos pueden tener un componente genético, la mayoría no se hereda.
¿Cuáles son los síntomas?
La Dra. Valeria El Haj, directora médica nacional de OSPEDYC, explicó que el Parkinson “afecta el sistema nervioso central y no solo impacta el movimiento, sino también la cognición, el comportamiento y las emociones”.
Los síntomas más comunes incluyen:
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Temblor en reposo, que suele comenzar en un solo lado del cuerpo.
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Rigidez muscular, que puede dificultar los movimientos.
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Bradicinesia, es decir, lentitud para iniciar y sostener movimientos.
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Inestabilidad postural, que incrementa el riesgo de caídas.
Muchas veces, estos síntomas se confunden con otras condiciones, por lo que el diagnóstico puede tardar entre 3 y 5 años.
Señales tempranas a tener en cuenta
Antes de los síntomas motores, pueden aparecer síntomas premotores como:
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Pérdida del olfato
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Estreñimiento crónico
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Trastornos del sueño REM, en los que la persona actúa sus sueños
Tratamiento y calidad de vida
“El Parkinson no tiene cura, pero se puede aliviar sus síntomas con medicamentos que prolongan o reponen la dopamina, como la combinación Levodopa-Carbidopa”, indicó El Haj. Además, resaltó la importancia de la terapia física, ocupacional y del habla, y mencionó que en casos avanzados se puede considerar la estimulación cerebral profunda como tratamiento quirúrgico.
Para mejorar la calidad de vida, se recomienda:
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Ejercicio físico regular
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Calzado cerrado con buena suela para evitar caídas
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Adaptar el hogar, quitando alfombras y colocando barandas
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Buena iluminación nocturna
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Caminar al ritmo de música y separar los pies unos 20 cm
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Hidratación adecuada y alimentos fríos antes de las comidas
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Usar cucharas pequeñas para facilitar la deglución
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Practicar relajación y respiración consciente
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Mantener una rutina estable de sueño