Tradición, danza y sabor: el espíritu inmigrante volvió a brillar en Calle Angosta

El encuentro reunió a colectividades, academias y familias en un homenaje a las raíces culturales de la ciudad.

Con los trajes típicos brillando bajo las luces, los sabores del mundo y la emoción de las danzas, el Complejo Cultural Calle Angosta volvió a ser escenario de una gran celebración: la XX Fiesta Provincial del Inmigrante, que abrió sus puertas este viernes en Villa Mercedes.

El evento, que homenajea las raíces culturales que dieron forma a la identidad local y provincial, tuvo su acto inaugural encabezado por el intendente Maximiliano Frontera, junto al presidente de la Asociación de Comerciantes y Vecinos Unidos de Zona Estación, Daniel Sallenave, e integrantes de la comisión organizadora.

Durante la jornada, se destacó el apoyo del Gobierno de San Luis y la Municipalidad de Villa Mercedes, en colaboración con comerciantes locales y patrocinadores privados, que hicieron posible la realización de esta edición número veinte, símbolo de la madurez y consolidación de una fiesta nacida en el corazón del barrio Estación y hoy reconocida en toda la región.

El acto comenzó con el ingreso de la patrona de los inmigrantes, Santa Madre Cabrini, seguido del himno en su honor. Luego, el público disfrutó de presentaciones artísticas de academias y ballets como Raíces Argentinas, Instituto de Danzas Españolas Inés Palacios, Baladi Niños, Ballet Infantil La Patria, IFAL y Expresarte, además de las colectividades de India y Brasil, que sumaron color y ritmo con sus danzas tradicionales.

Uno de los momentos más esperados fue la elección de los Embajadores Infantiles, un símbolo del recambio generacional que mantiene viva la herencia cultural de los pueblos que dieron forma a la ciudad.

Desde la organización, destacaron el respaldo del Estado provincial, impulsado por el gobernador Claudio Poggi, en apoyo a las iniciativas culturales que fortalecen el sentido de comunidad.

Durante todo el fin de semana, los visitantes podrán recorrer los stands gastronómicos y culturales de las distintas colectividades, con platos típicos, artesanías y muestras que reflejan la diversidad como una de las mayores riquezas del pueblo puntano.