Por Fabián Nuñez
[authorbox]Fabián Nuñez[/authorbox]
El inicio del 2024 trae consigo una serie de incrementos que amenazan el bolsillo de los argentinos, generando tensiones en medio del proyecto de desregulación económica liderado por Javier Milei y su equipo.
La estrategia gubernamental apunta a la sinceración de precios relativos y la consecución del déficit cero mediante reformas estructurales y la liberalización de la economía.
El aumento más impactante recae en las tarifas de transporte, seguido por incrementos en combustibles, prepagas, alquileres, y otros servicios.
Esta semana, las petroleras elevaron los precios en los surtidores en un 27%, duplicando los valores en poco más de un mes.
Cada incremento en los combustibles agrega presión a la inflación. Por cada 10 puntos de aumento, el índice de precios al consumidor (IPC) nacional suma 0,4. El reciente aumento del 27% añade 1,1 puntos al índice de enero, según datos del economista Santiago Manoukian de Ecolatina.
Manoukian destaca que este aumento afecta no solo directamente, sino que también tiene un impacto en cascada en sectores que dependen de los combustibles, afectando la logística y el transporte, lo que a su vez afecta a toda la cadena de producción.
Paula Alvarado de LCG advierte que este nuevo aumento podría provocar un traslado a precios en otros rubros, ampliando sus efectos en la inflación general. Lucio Garay de Eco Go calcula que la subida acumulada de la nafta entre diciembre y enero contribuyó con 3,1 puntos porcentuales a la inflación de ese bimestre.
María Castiglioni de C&T asesores económicos señala que el efecto indirecto es complejo y depende de la demanda, resaltando la importancia de acuerdos de precios y topes a las subidas para evitar competencias desmedidas entre las petroleras.
A pesar de los pronósticos de más aumentos, se anticipa una baja en el consumo. La demanda de combustibles es inelástica, y aunque los consumidores puedan terminar convalidando los precios, la recesión económica podría tener un impacto significativo. Manoukian predice una caída en el consumo impulsada por la recesión, generada por la corrección de precios relativos y el salto del tipo de cambio oficial.
En los próximos meses, se espera un ajuste en los impuestos sobre los combustibles, lo que podría tener un fuerte impacto en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), afectando tanto a los ciudadanos de ingresos más altos como a los más bajos. Garay Méndez indica que esta recomposición de precios e impuestos será un factor determinante en la economía argentina en el corto plazo.
¿Cómo impactará el sinceramiento de precios en la imagen de Javier Milei?