El 1° de octubre, entre las 5:30 y las 6:30 de la mañana, la subinspectora Marina Abigail Silva cometió uno de los crímenes más estremecedores de los últimos tiempos: asesinó a sus propios hijos, Bautista Silva Funes, de 2 años, y Sofía Ojeda Silva, de 7. Los hechos ocurrieron en la vivienda 36, manzana 7 del barrio Los Fresnos, en Juana Koslay. Tras el asesinato, Silva intentó quitarse la vida, pero fue detenida por una compañera.

Según la reconstrucción de las fiscales de Instrucción, María del Valle Durán y Antonella Romagnoli, los niños dormían en una cama matrimonial cuando Silva abrió una garrafa en el pasillo, provocando la somnolencia de los pequeños debido a la pérdida de gas. Luego, la subinspectora usó su arma reglamentaria para probar su funcionamiento, disparando primero en el colchón. Tras cubrir a sus hijos con una almohada y un colchón, disparó dos veces contra cada uno de ellos. “Las heridas causaron la muerte inmediata”, explicó Romagnoli en la audiencia.

Una carta de despedida

Antes de intentar quitarse la vida, Silva dejó una carta escrita de puño y letra, donde expresó su desesperación: “Yo sola me llené de deudas y no supe manejarlo… No es culpa de nadie. Pero necesito paz”. Además, dejó otro mensaje donde explicó su decisión: “No quiero que mis hijos sean una carga para nadie. Los amo tanto que necesito estemos juntos”. Estos textos estaban sobre la mesa del comedor de su vivienda.

La detención en el dique

Luego de los disparos, Silva salió de la vivienda alrededor de las 6:40 de la mañana, dejando señales en las puertas con mensajes que advertían: “No entres” y “Llamá a la Policía”. Tras alertar a sus compañeros mediante un grupo de WhatsApp, la policía la localizó en la cola del dique Cruz de Piedra, donde estaba llorando y con un arma a su lado. La subinspectora fue contenida por más de una hora, hasta que finalmente fue trasladada a la Comisaría de Atención a la Niñez, Adolescencia y Familia (Canaf).

Cargos e imputaciones

Durante la audiencia, la fiscal Romagnoli presentó los resultados preliminares de la autopsia, que indicaron que Sofía murió por una lesión cerebro cardiopulmonar y Bautista por una lesión cerebro pulmonar, ambas provocadas por proyectiles de arma de fuego. Silva fue imputada por homicidio doblemente calificado por el vínculo y alevosía, agravado por el uso de arma de fuego. Además, la fiscal solicitó la prisión preventiva por 120 días, mientras se completan las pericias pendientes, como el análisis caligráfico y la revisión del chip del teléfono de Silva, que arrojó al dique.

La defensa, encabezada por el defensor oficial Carlos Salazar, intentó argumentar un habeas corpus debido al vencimiento del plazo de detención, pero la jueza Natalia Lazarte Otero lo rechazó. Salazar también pidió que Silva fuera alojada en un centro especializado, pero la Fiscalía insistió en que el Servicio Penitenciario cuenta con especialistas capacitados para tratar su estado emocional.

El adiós a Bautista y Sofía

Este mediodía, en la localidad de La Toma, las familias paternas de Bautista y Sofía despidieron los restos de los pequeños. En una emotiva caravana, vecinos y familiares dieron el último adiós, cerrando uno de los capítulos más dolorosos para la comunidad de Juana Koslay.

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