El Partido Justicialista va a elecciones internas después de 35 años, y no hay mayores sorpresas en los candidatos hasta hoy oficializados.
El representante local en las elecciones será Alberto Rodríguez Saá (o Rodríguez Paéz, según una publicación reciente), que irá como candidato a vicepresidente segundo. El cargo de Vicepresidente primero será para Magda Ayala.
Parece ser que en ninguna de las listas de ningún partido hay candidatos libre de pena, de culpa, y de acusaciones de corrupción. La lista “¡Federales! Un grito de corazón”(nombre tribunero e inocente si los hay) tiene sus tres primeros candidatos manchados por el mismo patrón de conduta.
La vicepresidenta primera, Magda Ayala, fue procesada por lavado de dinero en su gestión como intendenta de Resistencia. Después de comparecer, declaró que terminaba su carrera política, sin embargo, aquí estamos.
Quintela es conocido por feudalismo, clientelismo, y por meter a su familia en el gobierno. Quizás una de las críticas mas fuertes que tuvo, fue por contener al ex vicepresidente Amado Boudou, al salir de la cárcel, haciéndole un contrato por consejería económica. Se dice que Quintela puso en el gobierno en puestos claves a mas de 30 familiares, incluyendo una sobrina designada como jueza en el superior tribunal de justicia. Su momento de mayor fama fue cuando salió a repartir billetes en un auto, sin preocuparle ser fotografiado. En algún punto, Quintela nunca escondió su forma de ser, y de usar el dinero para comprar campañas.
Alberto Rodríguez Saá quizás fue el más prolijo de los tres. Hasta el último mandato, venía realizando una cierta cantidad de obras, y una administración muy prolija, que hizo que la provincia de San Luis fuera un oasis entre las provincias de la República Argentina. Sin embargo, es justamente con las obras donde mas acusaciones sufrió. En el año 2010 se realizó una fuerte denuncia por favoritismo hacia la empresa Rovella Carranza, donde se le adjudicó un presupuesto de 285 millones de aquella época para la construcción de dos diques, a pesar de que la empresa Merco Vial había cotizado la misma en 130 millones. Pero la relación de Alberto Rodríguez Saá con Rovella Carranza no se detuvo con la construcción de dos diques. Barrios, rutas, y hasta la construcción de Terrazas del Portezuelo, obras que además fueron salpicadas de denuncias de sobreprecios constantemente.
Quizás la frutillita del postre en cuanto a concesiones a Rovella Carranza, es la distribución de energía en San Luis. La empresa EDESAL pertenecía a EXXEL GROUP, una empresa cuyas garantías figuraban en las Islas Caimán, a través de The Argentina Private Equity Fund YLP, donde figuraban varias empresas mas chicas, todas constituidas el mismo día, y alguna de ellas con domicilio en el estudio jurídico de Victor Hugo Hissa, en ese momento abogado del poder puntano. El EXXEL GROUP compró Oca y Ocassa en su momento, pero después la empresa fue investigada, y por alguna razón parece haberse desligado, o no, de EDESAL. Quien compra EDESAL, no fue ni mas ni menos que la vieja y conocida Rovella Carranza. Esta es la razón por la que es vox populi aquella frase que dice “EDESAL es del Alberto”, quizás afianzada por la acción de entregar las becas que otorgaba EDESAL en el despacho del gobernador. EDESAL y EDELAR (La Rioja, tierra de Quintela) guardan alguna relación, e incluso sus ventas fueron aprobadas a la vez por EDENOR. O sea que las subas en el aumento de la luz, podrían tener que ver directamente con Alberto. O al menos él podría haber tenido influencia para que no sucedieran de la forma tan terrible que sucedió en el 2023.
Pero quizás lo que mas relaciona a los candidatos es el hecho de que ambos amasaron sus fortunas de multimillonarios trabajando con el estado, y ambos han sabido cuidarse a través de legislaciones provinciales para evitar dar a conocer sus patrimonios reales.