La trágica muerte de un niño de 3 años en Quines debido a la picadura de un alacrán ha generado alarma entre la comunidad, destacando la necesidad urgente de prevenir tales incidentes y saber cómo responder en caso de una emergencia.
Es esencial que la población esté informada sobre las medidas preventivas para evitar picaduras de alacranes, así como saber cómo actuar rápidamente si ocurre un incidente.
Recomiendan revisar y sacudir prendas de vestir y calzados antes de ponérselos; sacudir la ropa de cama antes de acostarse o acostar a un bebe o niño, evitar caminar descalzo; tener precaución cuando se examinan cajones y estantes; utilizar rejillas en desagües, cañerías y otras aberturas; colocar burletes o alambre tejido (mosquiteros) en puertas y ventanas, revocar las paredes, reparar grietas en pisos, paredes y techos; mantener limpia y ordenada la vivienda y alrededores; evitar la acumulación de materiales de construcción, escombros, leña, porque suelen ser lugares donde se alojan.
Además, es crucial actuar con calma y rapidez ante una picadura, trasladando a la persona afectada a un centro de salud de inmediato para recibir atención médica adecuada.
El Ministerio de Salud de la Nación advierte sobre el uso de plaguicidas solo como última alternativa y con asesoramiento especializado, resaltando la importancia de seguir las recomendaciones de prevención en el ambiente habitado para minimizar los riesgos para la salud.
Urgente, al médico
Salud Pública indica que ante la confirmación o sospecha de una picadura de escorpión –también llamado alacrán–, la persona debe ser trasladada con urgencia a un centro de salud, para que la examine un profesional que evalúe el caso y, si fuese necesario, le aplique el antiveneno.
La señal más visible del envenenamiento es el dolor agudo en el lugar del aguijonazo, que puede extenderse hacia el tronco. Además, pueden aparecer enrojecimiento y sensación de hormigueo y, en ciertos casos, “piel de gallina”. En niños son más frecuentes la excitación y el temblor generalizado, acompañados de llanto o gemidos constantes.
Cuando existe envenenamiento generalizado, a los síntomas locales se les agregan manifestaciones sistémicas, por compromiso del sistema nervioso y otros tejidos, que complican el cuadro: taquicardia, dificultad respiratoria, salivación, lagrimeo y temblores, entre otros. En casos graves pueden presentarse vómitos, diarrea y alteraciones cardíacas.
En los casos en que solamente se presentan manifestaciones locales (en la zona de la picadura), es suficiente la observación clínica durante unas seis horas; no son necesarias la internación y la utilización de antiveneno.
Las primeras acciones que se pueden adoptar ante una picadura son aplicar compresas frías o hielo en la zona, lo que contribuirá a calmar el dolor y producirá vasoconstricción, retardando la liberación del veneno; utilizar analgésicos si fuese necesario; vigilar la respiración del paciente. Lo que no se debe hacer es apretar o perforar el área de la picadura, quemar o aplicar soluciones sobre ella o intentar retirar el veneno con la boca.
Hay numerosas especies de alacranes o escorpiones, pero no todas inoculan un veneno que pueda resultar letal para los seres humanos. Por eso, ante la aparición de uno de ellos, en lo posible hay que tratar de identificarlo por algunas características: los peligrosos tienen pinzas largas y delgadas y una apófisis (una segunda punta) en la cola. En tanto, los inofensivos no tienen esa apófisis y sus pinzas son cortas y anchas.