La inclusión del streamer Spreen (Iván Buhajeruk, 24 años) como titular en el partido entre Deportivo Riestra y Vélez , puntero del campeonato, ha generado polémica en el mundo del fútbol argentino. La decisión de ponerlo en la alineación y luego retirarlo tras apenas un minuto de juego desató una ola de críticas de todos lados, exponiendo los límites del marketing en el deporte.
Una estrategia comercial que dividió opiniones
La movida se vio como un intento de Riestra de llamar la atención y atraer a un público joven y ajeno al fútbol tradicional. Sin embargo, la jugada no resultó como se esperaba. Desde los más puristas, que acusaron a Riestra de “herir de muerte al fútbol argentino”, hasta los seguidores casuales, que se decepcionaron al ver cómo el espectáculo se desmoronaba rápidamente, todos parecieron terminar molestos. Para empeorar la situación, el entrenador Cristian Fabbiani optó por retirarse a Spreen luego de que su compañero, Pedro Ramírez, hiciera una falta deliberada para detener el partido, lo que provocó aún más críticas.
Reacciones de los protagonistas
Mientras algunos, como el DT de Vélez Gustavo Quinteros , prefirieron evitar dar una opinión contundente, Fabbiani comentó: “Sabía todo lo que iba a pasar con Spreen pero a mí no me afecta; me quedo con el resultado”. Por otro lado, Milton Céliz , capitán de Riestra, se distanció de la decisión, declarando que “Riestra es un club especial. Son cosas de ellos”.
El rol del streamer: un debut fugaz y con ganancias
Spreen, con solo 24 años, debutó en Primera División aunque apenas estuvo en la cancha por ocho segundos efectivos. A pesar de la controversia, es probable que haya ganado una suma considerable y que pueda presumir de tener un perfil en Transfermarkt. Su actuación en el papel de futbolista, tanto en los entrenamientos como en su breve aparición en el campo, pareció dejarlo con una sonrisa, aunque también dio lugar a reflexiones sobre el rumbo que toma el fútbol actual, donde el marketing parece a pesar más que el juego mismo.
Una movida arriesgada con sabor a desencanto.
Esta experiencia con Spreen ilustra hasta dónde puede llegar el fútbol empresarial en su búsqueda por captar nuevas audiencias. Aunque la estrategia de marketing fue evidente, el desenlace no fue el esperado, y dejó a todos —fans del fútbol, espectadores casuales y hasta protagonistas— con una sensación de haber sido parte de un espectáculo más orientado al dinero que al deporte.