En una nueva columna, Alfredo Hoffman, coach de vida, reflexionó sobre la relación entre hechos y significados, invitando a repensar la famosa frase “dato mata relato”.
Hoffman señaló que las personas no experimentan hechos puros, sino la interpretación subjetiva que cada uno les otorga, de forma consciente o inconsciente.
Un mismo acontecimiento puede tener múltiples lecturas: el cierre de una cadena comercial, por ejemplo, será interpretado de forma distinta por un vecino que ve una oportunidad para su almacén que por otro que teme perder su empleo.
De esta forma, los significados hablan más de nosotros que los datos en sí.
El especialista subrayó que comunicarse no es solo exponer hechos verdaderos, sino contemplar qué representan para el otro. Según explicó, toda comunicación tiene un doble efecto: transmite información y, al mismo tiempo, fortalece o debilita el vínculo con la otra persona.
Como ejercicio práctico, propuso preguntarse siempre qué puede significar para el otro lo que vamos a decir, para evitar malentendidos y mejorar la empatía.
Incluso en situaciones cotidianas —como pedirle a alguien que limpie algo— el mensaje puede tener una carga interpretativa que impacta en la relación.
Para Hoffman, la clave está en la empatía: no quedarse solo con la mirada propia, sino animarse a preguntar, chequear intenciones y no suponer de más.
En tiempos donde las relaciones se tensan por la falta de escucha, esta práctica puede ser un recurso simple y poderoso para fortalecer vínculos.
