
El juicio contra Isaías Suárez, Rodrigo Chilote y su hermano Jonathan Moreno, acusados de asesinar a Jesús Horacio Muñoz, dio inicio este lunes, en un giro inesperado luego de haber sido reprogramado. Originalmente previsto para febrero de 2025, la Justicia decidió adelantar el debate oral.
El tribunal estará conformado por Virna Eguinoa (presidenta), Daniela Estrada y Sebastián Cadelago Filippi (vocales). El fiscal Ernesto Lutens será el encargado de sostener la acusación, mientras que la defensa estará a cargo de Rocío Mediavilla y Javier Quiroga.
Una condena esperada por la familia de la víctima

Los acusados enfrentan cargos por “Homicidio criminis causa en concurso real con robo calificado por el uso de arma, en poblado y en banda”, un delito cuya única pena posible es la prisión perpetua.
María Esther Escobar y Cristian Muñoz, padres de la víctima de 28 años, pidieron justicia: “Queremos que los condenen a todos por igual, que nunca más salgan de la cárcel”. Jesús, recordaron, era un joven lleno de sueños y proyectos, arrebatados brutalmente en la madrugada del 25 de febrero.
Los hechos que llevaron a la tragedia
Jesús y su novia se encontraban en una plazoleta del barrio Mil Viviendas, cuando tres hombres se acercaron en motocicleta para robarles. Según la investigación, Suárez conducía el rodado, Moreno iba en el medio y Chilote atrás. Este último fue quien inició el ataque, exigiendo las pertenencias de la joven.
Jesús, intentando protegerla, se interpuso entre los agresores y la chica. Aunque intentó defenderse, fue superado por los tres hombres. Según los fiscales, mientras uno lo golpeaba con un casco y otro lo agredía a puñetazos, Moreno, ocultando un cuchillo bajo una remera, lo apuñaló en el brazo y el corazón.
Tras herirlo, los agresores se llevaron la moto y el celular de Jesús antes de huir. Las pruebas obtenidas, incluidas grabaciones de cámaras de seguridad y el rastreo del celular de la víctima, dirigieron rápidamente a los investigadores hacia los acusados.
La lucha por justicia continúa

El juicio representará el cierre de una etapa de dolor para la familia de Jesús, que espera que los responsables sean declarados culpables y cumplan la pena máxima. La comunidad estará atenta al desarrollo del caso, en busca de una sentencia que repare, en parte, la pérdida de un joven lleno de vida.