Elena Pastor, integrante de la Asociación de Jubilados Docentes de San Luis Unidos, compartió los detalles de una lucha que comenzó con una profunda injusticia: haberes jubilatorios congelados desde 2005. En algunos casos, los docentes percibían solo $5.000 mensuales, una cifra que no cubre ni el costo básico de vida.
La organización nació al detectar irregularidades en los pagos: jubilados que habían ganado juicios contra el Estado por mala liquidación de haberes, pero que nunca cobraron lo que les correspondía, recibiendo apenas intereses aislados. A través de la gestión de la senadora nacional Ivana Arrascaeta, lograron finalmente reactivar jubilaciones, pasando de montos mínimos a cifras más dignas, como $460.000 mensuales, aunque aún insuficientes. “Hablamos con muchos funcionarios. Sólo Arrascaeta nos escuchó y trabajó con su equipo para resolver este drama”, sostuvo Pastor.
Un sistema burocrático que sigue trabando
A pesar del avance, los trámites de actualización de haberes siguen siendo un calvario. Cada aumento implica gestiones que deben pasar por Villa Mercedes, San Luis capital, ANSES local, regional y nacional, con demoras de hasta dos meses respecto al calendario general.
La senadora se comprometió a gestionar un convenio con el gobierno provincial para simplificar este circuito, evitando que personas mayores —algunas de 84 y 87 años— deban enfrentar trámites engorrosos.
Más allá de lo económico: salud y bienestar
Con la situación de los haberes en vías de solución, la asociación amplió su tarea con talleres de salud para docentes activos y jubilados. Ya realizaron una charla sobre incontinencia urinaria y piso pélvico —una problemática común pero poco visibilizada— dictada por la fisioterapeuta Eliana Aguiar.
Además, están previstos encuentros sobre cáncer de mama y cuello uterino, a cargo del Dr. Carlos Vellettini, y sobre manejo de emociones, que brindará el Dr. Juan José Marramón. Todos los talleres son abiertos a la comunidad y gratuitos, y se desarrollan en el Centro de Jubilados de la provincia, en Pedernera 778, frente al antiguo edificio de la telefónica. “No hay privilegios, hay un régimen especial porque aportamos más y durante más tiempo”, aclaró Pastor sobre el régimen docente.
