En medio de una escalada de violencia que ha sumido a Rosario en un clima de terror, el Gobierno Nacional decidió tomar medidas urgentes para enfrentar la creciente amenaza narcocriminal que azota la ciudad. El reciente asesinato de Bruno Nicolás Bussanich, un joven playero baleado por un sicario, sacudió a la sociedad y llevó a las autoridades a tomar acción.

El artículo detalla que la decisión gubernamental se basa en dos factores clave. Por un lado, el impacto devastador del asesinato de Bruno, un crimen que  conmocionó a la opinión pública y políticos por igual. Por otro lado, la recepción de un informe reservado por parte del gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, que alertó sobre la unión de clanes narcocriminales con el objetivo de extorsionar al Estado.

Este lunes, los ministros Patricia Bullrich y Luis Petri anunciaron medidas concretas durante su visita a Rosario. Se destaca el envío de más efectivos de Gendarmería, Prefectura, Policía de Seguridad Aeroportuaria y Policía Federal, así como vehículos provistos por las Fuerzas Armadas para reforzar la presión sobre las bandas narcos y prevenir nuevos actos de violencia.

El caso de Bruno, captado por cámaras de seguridad, es descrito como uno de los más impactantes, evidenciando la crueldad de los ataques. Además, se mencionan otros crímenes recientes que contribuyeron a generar miedo y conmoción en la población.

Tanto el gobierno provincial como el nacional catalogaron estos hechos como actos terroristas y se comprometieron a encontrar a los responsables y llevarlos ante la justicia. El temor se extendió entre los habitantes de Rosario, quienes se manifestaron a través de cacerolazos y vieron afectadas diversas actividades cotidianas, desde el transporte hasta la educación.