
En una entrevista con Daniel Arce y Anto Magnano, Germán relató cómo enfrentó olas gigantes en una zona de bandera roja para rescatar al menor.
El lunes 13 de enero, mientras vacacionaba con su familia en Reñaca, Chile, Germán protagonizó un acto de valentía que evitó una tragedia. “Estábamos jugando al vóley cuando vimos a dos personas pidiendo ayuda cerca del rompimiento de las olas”, contó Germán, quien no dudó en actuar.
El menor, que había sido arrastrado por la corriente, se encontraba atrapado en una zona peligrosa. “Cuando llegué a él, me dijo: ‘¡Por favor, sálvame!’. Fue un momento muy chocante”, recordó Germán.
El rescate fue dramático. Las olas gigantes golpeaban con fuerza mientras Germán sujetaba al niño. “Una ola gigante nos revolcó. Sentí que no tenía control de nada. Pensé en mis hijos y en que, si estuvieran en peligro, me gustaría que alguien hiciera lo mismo por ellos”, reflexionó.
Con el apoyo de una cadena humana formada en la orilla, logró poner a salvo al niño, quien salió visiblemente asustado y cubierto con toallas. “Cuando me fui, él y su tía me saludaron de lejos, agradecidos”, dijo.
El esfuerzo dejó a Germán descompensado. “Vomitaba agua y tardé 15 minutos en recuperarme. Sentí que podría no haber salido”, confesó.
Al día siguiente, su familia realizó un paseo en barco por Valparaíso para aliviar la tensión emocional. Reflexionando sobre lo ocurrido, Germán enfatizó: “Esto me enseñó por qué tantas personas se ahogan intentando salvar a otros. Aconsejo respetar las señales de advertencia, especialmente en mares peligrosos como los de Chile”.
El acto de Germán Ponce no solo salvó una vida, sino que dejó una poderosa lección de valentía y respeto por la naturaleza.