A partir de este viernes, el precio de los combustibles volverá a subir en todo el país. La suba, que rondará el 4% promedio, responde a un contexto donde los precios del barril de petróleo y las variaciones del tipo de cambio oficial inciden de forma directa en los costos locales. La medida llega poco después de que, a inicios de mes, el gobierno de Javier Milei celebrara una leve baja del 1%, un alivio que duró poco para el bolsillo de los argentinos.

En el último año, el precio de los combustibles registró un aumento acumulado del 340%, muy por encima de la inflación interanual. Uno de los factores detrás de este incremento ha sido el objetivo de YPF de cerrar la brecha de precios entre el barril criollo y el de exportación, y el ajuste de impuestos que, tras una pausa de diez trimestres desde julio de 2021, se reanudó este año.

Para noviembre, se espera un nuevo ajuste en los valores de la nafta y el diésel, con el alza del petróleo y las variaciones del dólar oficial como principales desencadenantes. Este dólar oficial, aunque sin saltos abruptos, sube de forma gradual mediante minidevaluaciones aplicadas por el gobierno. Fuentes del sector explican que el ajuste del 4% contempla una suba del 2% por el movimiento del dólar oficial y otro 2% debido al aumento del precio internacional del barril de Brent, que es la referencia en el mercado argentino.

El precio del Brent comenzó octubre en aproximadamente 71 dólares por barril y actualmente supera los 76 dólares, un encarecimiento que se traslada al consumidor local. Esta alza obligó a YPF a recortar los precios a inicios de mes, con una baja del 1% en nafta y del 2% en gasoil, replicada por las demás petroleras en el mercado.

Horacio Marín, presidente y CEO de YPF, aseguró que “si el precio del crudo internacional sube, el de los combustibles también lo hará localmente. Si baja, vamos a bajar”. Sin embargo, el ajuste de precios solo se ha visto reflejado en aumentos, lo que tensiona a los consumidores y mantiene en vilo al mercado en cada fin de mes.