Por Fabián Nuñez: 

La sobreexposición a internet y redes sociales puede tener efectos profundos en nuestra salud mental y emocional. Pasar demasiado tiempo en estas plataformas puede fomentar la comparación constante con los demás, lo que genera sentimientos de insatisfacción personal y de que no estamos viviendo nuestra propia realidad. Esto, a largo plazo, puede llevar a una desconexión de nuestras metas y deseos genuinos, y nos hace vivir según los estándares y las expectativas de otros.

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La ansiedad es otra consecuencia común. El flujo interminable de información, junto con la presión de estar siempre conectados, puede hacer que nos sintamos abrumados y agotados mentalmente. La necesidad de estar al día con las últimas tendencias, noticias o publicaciones puede resultar en una sobrecarga de estímulos, que a menudo disminuye nuestra capacidad de concentración y afecta nuestra creatividad.

Por otro lado, el impacto en la salud mental puede ser devastador. Las redes sociales están diseñadas para atraer nuestra atención y mantenernos enganchados, lo que puede generar adicción y llevar a la depresión cuando se basa en una vida digital que no se corresponde con la realidad. Vivir a través de la vida de los demás —en lugar de experimentar plenamente la nuestra— puede llevarnos a perder de vista lo que realmente nos hace felices o lo que queremos lograr.

Desconectarse, aunque sea parcialmente, es crucial para recuperar el control sobre nuestra realidad y poder vivir de manera más auténtica, libre de comparaciones y presiones externas.