Este sábado, un partido fútbol de primera B que se disputó en la cancha del Club Atlético Colegiales entre Asociación Deportiva del Oeste y Santa Rita de Casia fue suspendido por una pelea que se generó dentro del campo.
Los incidentes comenzaron cuando un árbitro cobró un penal a favor de Asociación minutos antes de finalizar el partido. Tras el silbatazo, jugadores e integrantes del cuerpo técnico del equipo contrario iniciaron una gresca que terminó con personas heridas.
La Unión de Árbitros Deportivos de Argentina (UADA), que cuenta con una delegación en Villa Mercedes, manifestó su repudio hacia los hechos de violencia y consideraron que “tiene que haber una mesa de diálogo entre los presidentes de las ligas, el ministerio de Deporte y el ministerio de Seguridad”.
“La solución está, pero nos tenemos que juntar las partes. De esa manera vamos a poder evitar este tipo de cosas”, manifestó Aldo Federico Hartfield, secretario gremial de la institución que está ubicada en La Pedrera.
Señaló que el principal problema es la presencia de seguridad privada para los eventos, ya que “al no tener poder de policías no hay una aprehensión o una detención”.
“Cada vez es más violento y si no está la policía es muy complicado. Ellos son los que deberían tomar el control de las canchas, no se puede bancar más”, añadió.
Aseguró que la problemática no solamente se da en Villa Mercedes, sino que abarca toda la provincia: “Se ha mezclado todo, la cuestión social con la deportiva y se han traído los problemas de la calle a la cancha. No puede ser que un árbitro pegue un silbatazo y todo el mundo se le vaya encima. Arranca el partido y ya le están protestando desde los bancos”.
“Llevo 35 años en la profesión y sé de lo que estoy hablando. Si no lo hacemos de esta manera va a haber un muerto en la cancha y va a ser de los nuestros, de los árbitros. Suena fuerte, pero es la realidad”, concluyó.