El Fondo Monetario Internacional (FMI) se pronunció tras más de un mes de silencio y respaldó el programa económico del Gobierno. El apoyo llegó en un contexto delicado: la derrota de La Libertad Avanza en las elecciones bonaerenses y un dólar mayorista que se acerca al techo de la banda de flotación.
La vocera del organismo, Julie Kozack, aseguró que el Fondo “colabora estrechamente con las autoridades argentinas para afianzar la estabilidad y mejorar las perspectivas de crecimiento del país”. Además, destacó el compromiso de sostener la política fiscal, monetaria y de desregulación.
De inmediato, el presidente Javier Milei ratificó el rumbo: “No nos moveremos ni un milímetro del programa económico”. El mandatario insistió en mantener el equilibrio fiscal, la política monetaria restrictiva y el esquema cambiario.
En el mercado, el dólar mayorista cerró en $1416, apenas un 4% por debajo del límite de $1470. Si se alcanza ese techo, el Banco Central podrá disponer de los US$14.000 millones aportados por el Fondo en abril, lo que podría tensar aún más las reservas.
Aunque el FMI evitó referirse a la intervención del Tesoro en el mercado de cambios, la medida complica el cumplimiento de las metas de acumulación de dólares. La consultora Outlier advirtió que esas ventas refuerzan la necesidad de reposición de reservas, que en la próxima revisión se estiman en US$6100 millones.
En materia fiscal, el Gobierno busca un superávit primario del 1,6% del PBI en 2025. Hasta julio alcanzó un 1,1%, pero especialistas advierten que para cumplirlo será necesario profundizar los recortes, especialmente en partidas discrecionales como transferencias a provincias y obra pública.

La Fundación Mediterránea calculó que, para lograrlo, el gasto no automático debería caer un 12% anual real entre agosto y diciembre. Incluso, con la aprobación de nuevas leyes, ese ajuste podría escalar al 14%.
