En una reciente actualización de sus proyecciones económicas para Argentina, el Fondo Monetario Internacional (FMI) emitió un pronóstico sombrío, alertando sobre una inflación persistente y estimando una caída del 2,8% en el Producto Bruto Interno (PBI) para el año 2024.

El organismo destacó que la aceleración de la inflación se atribuye a la reciente depreciación de la moneda y a los ajustes implementados por el economista liberal Javier Milei. Antes de la reunión del directorio para determinar un desembolso de US$4700 millones, el FMI ajustó sus proyecciones, previendo un escenario desafiante para la economía argentina.

La nueva estimación representa un deterioro significativo, con una disminución de 5,6 puntos porcentuales en comparación con las proyecciones anteriores de octubre, realizadas antes de las elecciones presidenciales. En ese momento, el FMI esperaba un crecimiento del 2,8% para el país en 2024.

De acuerdo con el informe de Perspectivas Económicas Mundiales (WEO), mientras se prevé que la inflación mundial se desacelere en 2024 y 2025, la Argentina se encuentra en una dirección opuesta, con proyecciones inflacionarias al alza. La realineación de precios relativos, la eliminación de controles de precios antiguos y la reciente depreciación de la moneda se señalan como factores que contribuirán al aumento de la inflación en el corto plazo.

El informe también aborda las expectativas de crecimiento económico a nivel mundial, pronosticando una disminución del 1,9% en 2024, una reducción de 0,4 puntos porcentuales respecto a las estimaciones anteriores de octubre. Sin embargo, anticipa un posible aumento hasta el 2,5% en 2025.

En relación con la política fiscal, el FMI prevé un endurecimiento en varias economías avanzadas y emergentes en desarrollo durante 2024, con el objetivo de restablecer el margen presupuestario y contener el aumento de la deuda, lo que podría frenar el crecimiento a corto plazo.