
Esta fecha, instaurada en 1962, nació a partir de un simple olvido: Patricia Bays Haroski , empleada de la compañía de seguros State Farm Insurance , olvidó el cumpleaños de su jefe, quien además era su propio padre. Ese despiste llevó a Bays Haroski a registrar el Boss’s Day en la Cámara de Comercio de Estados Unidos en 1958, buscando así una forma de compensar su olvido y reconocer a los líderes en el ámbito laboral.
Una celebración con un propósito claro.
Cuatro años después, el gobernador de Illinois, Otto Kerner , oficializó la jornada, dándole un carácter formal a esta idea familiar. El objetivo detrás de esta celebración, según Haroski, es fomentar el aprecio hacia los jefes y mejorar la relación entre empleados y líderes empresariales. En un ámbito muchas veces marcado por tensiones, la jornada intenta destacar las cualidades positivas del liderazgo , subrayando la importancia de que los jefes recuerden que quienes están bajo su cargo son, ante todo, personas.
Críticas y controversias
Aunque el Día del Jefe tiene buenas intenciones, no ha estado exento de controversias. Un artículo publicado en US News critica la celebración bajo el argumento de que “no deberían comprarse regalos para alguien que tiene poder sobre el sustento de los empleados” , sugiriendo que este tipo de gestos pueden reforzar una dinámica de poder innecesaria en el entorno laboral. Las críticas se centran en la presión que pueden sentir los empleados para agradar a sus jefes, más allá de las intenciones originales de la fecha.
El lado positivo del liderazgo
Sin embargo, el verdadero propósito de esta jornada es mucho más amplio. Según el sitio Día Internacional De, la celebración busca incentivar los aspectos positivos de ser un buen jefe, alejándose de figuras como el infame Charles Montgomery Burns , el tiránico jefe de Los Simpson , cuya gestión en la planta nuclear de Springfield está lejos de lo que se busca en un liderazgo efectivo y empático.
Para contrarrestar las críticas, algunas empresas han adoptado una política diferente: en lugar de que los empleados deban comprar regalos, son los departamentos de recursos humanos los que organizan homenajes y actividades en reconocimiento a los jefes.
Una jornada para la reflexión.
Más allá de las controversias, el Día Internacional del Jefe invita a reflexionar sobre el liderazgo en las empresas y cómo las relaciones laborales pueden fortalecerse a través del respeto y la empatía. No se trata de regalos materiales , sino de resaltar los valores que hacen a un buen jefe: capacidad de gestión, sensibilidad hacia sus empleados y el fomento de un clima laboral positivo.