
En el corazón del barrio La Ribera, en la manzana 7219, casa 5, se esconde un pequeño gimnasio que transpira esfuerzo, disciplina y sueños. Es el garaje de Esteban Stodulsky, boxeador profesional e incansable formador, que transformó su hogar en un semillero de talentos. Allí entrena, guía y acompaña a más de 30 alumnos, entre ellos niños, jóvenes, adultos, personas con discapacidad y en procesos de recuperación.
Este 27 de junio, tres de sus pupilos representarán todo ese trabajo y dedicación en una nueva fecha del Campeonato Provincial José María Gatica. Se trata de Lucas Reynoso, Lautaro Pérez y Marcos Maidana, tres jóvenes que vienen entrenando con constancia y se ilusionan con seguir creciendo arriba del ring.
Desde el año 2017, Esteban enseña boxeo en la ciudad de Villa Mercedes. Comenzó como becado en el Plan Jóvenes, dictando clases en el Club Independiente del barrio San José, donde entrenaba a chicos de entre 5 y 14 años. Su pasión por el deporte y por ayudar a los demás lo llevó a dar talleres en centros de contención como Casa Pueblo, en el barrio La Ribera, y en el Parque La Pedrera, durante diferentes gestiones.
“El boxeo transforma, saca a los chicos de la calle, de las adicciones. Les enseña hábitos, valores y respeto. Y no sólo a los jóvenes: también ayuda a adultos que buscan una vida más sana”.
Durante la pandemia, cuando los gimnasios estaban cerrados, siguió entrenando en la clandestinidad, adaptando los entrenamientos al contexto sanitario. Más tarde, se sumó a las escuelitas de iniciación deportiva impulsadas por la provincia, donde se capacitó y trabajó junto a profesores de educación física, aprendiendo a incluir a personas con autismo, síndrome de Down y retrasos madurativos en sus clases.
“Yo soy boxeador profesional, no profe, pero me fui formando para enseñarles a todos. Hoy tengo chicos con discapacidad, oficiales de policía, adolescentes con problemas de consumo, y los trato igual: con respeto y disciplina”.
Tres jóvenes promesas rumbo al ring
Lucas Reynoso (81 kg)
Con gran potencia física y compromiso, Lucas, quien tiene 18 años, fue elegido para representar a San Luis en las eliminatorias del Campeonato Juvenil Argentino en Mendoza. Aunque no logró clasificar, dejó una gran impresión por su nivel. Ahora, buscará revancha en la nueva fecha del José María Gatica, donde se presenta como uno de los favoritos. “Está muy bien entrenado. Tiene condiciones y muchas ganas. Va creciendo en cada pelea”, destaca Stodulsky.
Lautaro Pérez (64 kg)
Con 17 años, tiene apenas dos peleas, pero ya demuestra carácter y talento. Se formó desde cero en el gimnasio de Esteban, debutó en la primera fecha del torneo en el Palacio Municipal con una victoria, y luego combatió en Florencio Varela, donde cayó ajustadamente por puntos. “Lo hice debutar yo. Perdimos una, pero viene con mucha entrega. Va con todo a Cortaderas este viernes”, comenta su entrenador.
Marcos Maidana (75 kg)
Sin relación con el famoso “Chino” Maidana, pero con el mismo espíritu de lucha. Marcos, tiene una pelea ganada en El Volcán frente a un boxeador mendocino y ahora se prepara para su segunda presentación oficial. Con 15 años, es uno de los más jóvenes del equipo, y una gran promesa. “Es aplicado, escucha y mejora cada día. Estoy muy orgulloso de su evolución”, afirma Esteban.
Esteban Stodulsky entrena a sus alumnos en un espacio de 2,80 metros por 10 de largo, adaptado con lo justo y necesario. No hay lujos ni sponsors. Solo guantes, esfuerzo y voluntad. “Este gimnasio no es wow, pero acá se trabaja con corazón. Prefiero que los chicos estén una hora conmigo antes que en la calle. Algunos vienen con problemas, otros con sueños. Yo los guío como me hubiera gustado que me guiaran a mí”.
Ya logró federar a 11 boxeadores amateur, uno de ellos campeón Ambapa en Córdoba, y una campeona femenina, Milagro Godoy, en el mismo torneo provincial. Hoy, varios de sus pupilos compiten fuera de la provincia, representando con orgullo a Villa Mercedes.
Esteban también enfatiza la importancia de la educación: “Siempre les digo: terminen la escuela. No somos ignorantes por ser boxeadores. Yo terminé el secundario, fui a la facultad aunque no pude seguir por cuestiones económicas. El saber no ocupa lugar”.
Con perseverancia, vocación social y amor por el deporte, este formador de campeones sigue apostando por una juventud que se levanta cada día a entrenar en busca de un mejor futuro.