El panorama económico argentino enfrenta un desafío creciente con el aumento de los atrasos en los pagos de créditos bancarios, servicios de salud, educación y expensas. La combinación de sueldos que no se han mantenido al ritmo de la inflación y la disminución del consumo llevó a una acumulación de deudas en diferentes rubros, reflejando la presión financiera sobre las familias y empresas.
La falta de ingresos suficientes alcanzó un incremento en la morosidad en el pago de créditos. Según datos del Banco Central, la mora alcanzó el 3,5% del crédito al sector privado, con un aumento de 0,3 puntos porcentuales en comparación con el año anterior. Los préstamos personales han sido especialmente afectados, reflejando las dificultades financieras de los individuos en un contexto de recesión económica.
Las prepagas, un gasto común para la clase media, experimentaron aumentos significativos en sus aranceles, lo que generó preocupaciones sobre la capacidad de pago de los afiliados. Sin embargo, las empresas del sector implementaron planes de contingencia para ofrecer opciones más accesibles a los usuarios.
En el ámbito educativo, los colegios privados aumentaron sus cuotas, lo que permitió una alta morosidad desde fines del año pasado. A pesar de un comienzo de ciclo lectivo mejor de lo esperado, se observa un incremento en los atrasos en los pagos, lo que refleja las dificultades económicas de las familias para afrontar estos gastos.
Por último, las expensas también experimentaron un aumento en los atrasos, a pesar de que los aumentos estuvieron por debajo de la inflación. Este fenómeno refleja la presión financiera sobre los hogares argentinos, que luchan por mantenerse al día con sus obligaciones financieras en un contexto económico desafiante.