Como cada jueves, Alfredo Hoffman se hizo presente en “El Potenciómetro”, para hablar sobre temas que invitan a la reflexión. Esta vez, el eje fue “el perdón útil”, una mirada alternativa al concepto tradicional de perdón, desde una perspectiva más práctica y liberadora.
Según Hoffman, el perdón convencional, basado en condonar una deuda moral o emocional, muchas veces genera una sensación de injusticia. Perdonar “porque corresponde” o “porque uno es mejor que el otro”, lejos de sanar, puede reforzar sentimientos de superioridad o simplemente tapar el dolor sin resolverlo.
En cambio, el perdón útil propone algo distinto: reinterpretar el pasado desde una nueva mirada, donde el foco esté puesto en lo que se aprendió y en cómo esa experiencia nos transformó positivamente. “Cuando uno logra agradecer lo vivido, incluso si fue doloroso, el perdón deja de ser necesario, porque ya no hay deuda”, explicó el especialista.
Esta reinterpretación no significa negar el daño, sino reconocer que aquello que nos dolió nos forjó, nos hizo más sabios, más fuertes o más capaces de acompañar a otros.
“El verdadero perdón no necesita al otro. No espera disculpas. Depende solo de uno y de la libertad de reinterpretar”, dijo. Y agregó: “La liberación aparece cuando ya no estamos atados a que el otro entienda lo que hizo.”
También se abordó la dificultad de este proceso. No es sencillo resignificar una traición o una decepción. Pero según Hoffman, vale el esfuerzo, porque el resultado es liberador: autoestima más alta, más paz interior y una conexión con el poder interno de transformar lo adverso en sabiduría.
Para cerrar, dejó una frase clara:
“El único perdón que realmente sirve es aquel en el que entendés que ganaste algo a través de lo que te pasó.”
