Las empresas de medicina prepaga en Argentina están atravesando una crisis notable, marcada por una pérdida considerable de afiliados a raíz de los reiterados aumentos en las cuotas. Estos incrementos, que han llegado hasta un 165% en los primeros cuatro meses del año, provocaron una disminución en las carteras de clientes de las compañías del sector, con bajas que oscilan entre el 3% y el 10% desde enero.
El contexto económico, marcado por la desregulación de precios y una caída en la actividad económica, agravó la situación. Desde la Superintendencia de Servicios de Salud se autorizó a las empresas de medicina prepaga a actualizar tarifas en un 134% en 2023, pero con el decreto de necesidad y urgencia 70, emitido por el presidente Javier Milei, se liberaron totalmente los ajustes de precios. Esto llevó a incrementos adicionales que impactaron significativamente en el bolsillo de los afiliados.
La migración de afiliados hacia planes de salud más accesibles se convirtió en una tendencia notable. Según Fabien Barralon, cofundador de ElegiMejor, un sitio web de comparación de planes de salud, las consultas sobre alternativas se han triplicado desde enero. El precio se convirtió en el criterio dominante, desplazando a consideraciones previas sobre prestaciones y sanatorios incluidos en la cobertura.
Las empresas de medicina prepaga justificaron los aumentos mediante diversos argumentos, como la devaluación del peso y acuerdos paritarios que afectan los costos de insumos médicos. Sin embargo, desde la Superintendencia de Servicios de Salud se evalúa presentar acciones legales contra las empresas por presuntas conductas abusivas, ante aumentos que consideran muy por encima de la inflación.