
Un Tribunal Unipersonal condenó este jueves a Diego Oliveri a dos años y tres meses de prisión efectiva por los delitos de amenazas, distribución indebida de correspondencia y lesiones leves agravadas por el vínculo y por mediar violencia de género, en concurso real. La víctima fue Gabriela Fernández Aberastain.
La audiencia, que comenzó cerca del mediodía, tuvo por primera vez a Oliveri presente en la sala, aunque solicitó seguir el debate desde una contigua. A las 16:30, el juez Ariel Parrillis dictó el veredicto. Oliveri fue esposado y retirado del recinto sin mostrar emoción ni palabras de arrepentimiento.
Acuerdo económico y disculpas públicas
La causa también involucraba a Tatiana Yaccarini, quien ofreció una reparación económica a la víctima y logró extinguir la acción penal en su contra. Durante la audiencia, pidió la palabra y, conmovida, pidió disculpas públicas a Fernández Aberastain. “Estoy totalmente arrepentida”, dijo con la voz entrecortada.
Yaccarini relató situaciones de violencia que habría sufrido de parte de Oliveri. Describió un episodio humillante en el supermercado, donde él le quitó el gorro que usaba durante un tratamiento oncológico solo para obtener un turno prioritario. Aseguró que vivió bajo maltrato psicológico, físico y económico.
Fernández Aberastain la escuchó en silencio, asintiendo con la cabeza. Luego respondió: “Hace cinco años esperaba estas disculpas. No quiero más odio ni más maldad, quiero justicia”.
Fiscalías y querella, con perspectiva de género
El fiscal de instrucción Ricardo Barbeito afirmó que este caso refleja “el pecado de ser la ex”. Sostuvo que Oliveri viralizó el video íntimo por no tolerar que su expareja haya rehecho su vida. El fiscal señaló que el material trascendió las fronteras provinciales, causando daño emocional, social y económico a la denunciante. Aseguró que es el primer caso en el país en que se prueba que hubo intención directa de dañar.
Por su parte, el fiscal de juicio Fernando Rodríguez pidió que el fallo sea leído con perspectiva de género y solicitó una pena de tres años y ocho meses.
El querellante Santiago Olivera Aguirre sostuvo que Oliveri “traicionó cobardemente a la mujer que confió en él” y usó a Yaccarini para divulgar el material. Resaltó que el hijo de la víctima casi recibe el video, lo que hubiese sumado el delito de corrupción de menores.
Defensa y último alegato de Oliveri
El defensor oficial José Luis Guiñazú pidió la absolución y argumentó que el Código Penal no contempla aún el delito específico de difusión de material íntimo. Mencionó un proyecto de ley que permanece sin tratamiento desde 2022.
Oliveri, en su turno, leyó un texto desde su celular. Dijo no ser una persona violenta, no mostró arrepentimiento, y pidió que en caso de ser condenado, se le contemple una pena condicional por motivos de salud. Solo se mostró afectado al hablar de su tratamiento médico.
Fuente: El Chorrillero