Los Espejos de Agua del Río V no solo son un espacio recreativo, sino también un refugio de biodiversidad que sorprende a vecinos y visitantes. Allí, especies como el cisne coscoroba y el coipo conviven en un ecosistema que refleja la riqueza natural de la región.
El fotógrafo Julio Luna, integrante del Club de Observadores de Aves COA Ñandú, registró recientemente parte de esta fauna. Las imágenes difundidas buscan concientizar sobre la importancia de preservar los humedales naturales y artificiales que albergan gran diversidad de vida silvestre.
El cisne coscoroba (Coscoroba coscoroba) es un ave acuática de plumaje blanco y pico rojizo, que suele confundirse con aves domésticas. Se lo observa con frecuencia en lagos y lagunas, donde se agrupa en bandadas.
Por su parte, el coipo (Myocastor coypus) es un mamífero semiacuático de origen sudamericano, robusto y de hábitos principalmente nocturnos. Se adapta a ríos, bañados y esteros, formando colonias que aprovechan la abundancia de vegetación.
Un espacio recreativo y ambiental
Los Espejos de Agua, inaugurados en 2016, ocupan 55 hectáreas y ofrecen múltiples actividades: paseos en kayak, ciclismo, caminatas y áreas de esparcimiento. El acceso es gratuito y funciona todos los días de 9 a 21 horas, con servicio de guardavidas en verano.
Además, el lugar avanza con un plan de forestación impulsado por la Secretaría de Ambiente y la FICA de la UNSL, que contempla la plantación de 1.500 árboles, arbustos y gramíneas para fortalecer el ecosistema.



