Benicio Fernández, el atleta villamercedino que rompe barreras y colecciona medallas

De los intercolegiales al podio nacional: la historia de un joven que inspira

El último fin de semana, en el Torneo Nacional de Atletismo para personas con Síndrome de Down, realizado en San Rafael, Mendoza, el villamercedino Benicio Fernández volvió a demostrar que el deporte puede ser una puerta abierta a los sueños. Con apenas 16 años, se subió al podio en cuatro oportunidades y regresó a su ciudad cargado de orgullo y medallas: 1° puesto en lanzamiento de bala, 2° puesto en 80 metros, 1° puesto en 200 metros y 1° puesto en posta mixta juvenil.

El clima en Mendoza no fue el mejor: la lluvia y el frío acompañaron desde el primer día, pero nada de eso detuvo a Benicio ni a sus compañeros. “Fue una experiencia de locos, porque las condiciones no eran fáciles, pero él nunca perdió el entusiasmo”, recordó su profesora Melanie Zunini, una de las entrenadoras que lo acompaña desde sus inicios.

Lo curioso es que el atletismo nunca estuvo en los planes de Benicio. Lo suyo siempre fue la pelota: fanático del fútbol y de Boca Juniors, pasaba más tiempo pensando en goles que en correr una pista. Todo cambió en 2024, cuando Melanie lo invitó a participar en los intercolegiales adaptados representando al Instituto del Carmen.

Allí se encendió la chispa. Entre carreras y lanzamientos, un talento oculto empezó a salir a la luz. La entrenadora de la Selección Argentina, Flavia Candillu, lo vio competir en San Luis y no dudó: Tiene condiciones para este deporte”, dijo. Ese fue el puntapié para que Benicio viajara a Córdoba a su primer Torneo Nacional, donde sorprendió a todos quedándose con el oro en los 200 metros y en la posta.

Desde entonces, el camino fue vertiginoso: primeros puestos en los Juegos Evita, participación en concentraciones de la Selección Argentina en Mendoza, Río Negro, La Rioja y Misiones, y una constancia que lo convirtió en una promesa real del atletismo adaptado argentino.

Cada paso de Benicio está acompañado por sus entrenadores Emmanuel Balmaceda, Melanie Zunini y Fátima Díaz, quienes armaron un verdadero equipo de trabajo junto a él y su familia.

Su mamá, Noelia, todavía se emociona al repasar la historia: “Como familia no dejamos de sorprendernos de todos sus logros en tan poco tiempo. En este trayecto conocimos personas ejemplares como sus profes, que lo guían con compromiso y cariño. Estamos inmensamente agradecidos”.

Melanie, que lo conoce desde el primer día, aporta otra mirada: “Al principio no estaba tan convencido, porque el atletismo era algo totalmente nuevo para él. Pero empezó a entusiasmarse al ver lo que lograba. Hoy ya no hay dudas: disfruta entrenar, competir y ser parte de algo más grande”.

Además de las prácticas en la pista, Benicio entrena en el gimnasio, donde suma fuerza y técnica para seguir creciendo. “Es independiente, predispuesto y con un gran sentido del humor. Es un placer acompañarlo”, resaltan quienes lo ven entrenar a diario.

Más allá del atletismo, Benicio es un adolescente como cualquier otro: le gusta la música, no le apasiona demasiado estudiar, cursa quinto año junto a los mismos compañeros de siempre y comparte mucho tiempo con su hermana y sus primas. Tiene un carácter alegre, es fan de hacer bromas y hasta tiene una costumbre particular antes de competir: siempre va al baño antes de la llamada a pista, un ritual que ya se volvió parte de sus anécdotas.

Ese costado cotidiano hace aún más valiosos sus logros. Porque detrás de cada medalla hay esfuerzo, entrenamientos, viajes y sacrificios, pero también risas, juegos y la vida simple de un chico que disfruta de lo que hace.

Con apenas dos años en el atletismo, Benicio ya forma parte de la pre-selección argentina y continúa proyectándose hacia nuevas convocatorias. El sueño de vestir la celeste y blanca en competencias internacionales es una meta que lo motiva, y que parece cada vez más cercana.

Mientras tanto, sigue sumando experiencias que lo llenan de orgullo a él, a su familia, a sus profes y a toda Villa Mercedes, que ve en su historia un ejemplo de inclusión, esfuerzo y superación.

Benicio es un orgullo enorme. Lo que transmite con su alegría y dedicación es un ejemplo para todos”, coinciden Noelia y Melanie.

Y así, entre zancadas, lanzamientos y sonrisas, este joven villamercedino demuestra que cuando hay pasión y acompañamiento, las barreras se convierten en medallas.