Tras un breve alivio en los precios de los combustibles en los últimos meses, los argentinos se enfrentan a otro golpe en sus bolsillos, ya que se espera un nuevo aumento en los combustibles luego de Semana Santa. Este incremento, que se estima sea de al menos un 4% en abril, se suma a una serie de ajustes que estuvieron presionando los costos de vida en el país.

La suba de impuestos a los combustibles es uno de los principales impulsores de este aumento. Desde febrero, cuando el Gobierno descongeló los impuestos, se espera una recaudación tributaria anual significativa, equivalente a una parte sustancial del ajuste fiscal buscado por las autoridades económicas.

Según la normativa vigente, se prevé un aumento del 34,8% en el Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y el Impuesto al Dióxido de Carbono (IDC) desde el 1 de abril. Esto se suma a un acumulado del 376,61% desde principios de año. Los aumentos nominales serán de alrededor de $29,96 para la nafta y $20,39 para el gasoil en todo el país, con excepción de la Patagonia, que está exenta de estos tributos debido a su producción de recursos petroleros.

En la Ciudad de Buenos Aires, se espera un impacto de alrededor del 3,7% en la nafta súper, 3% en la nafta premium, 2,4% en el gasoil y 1,9% en el diesel premium. Este será el cuarto aumento del año, acumulando al menos un 50% de aumento en la nafta súper en los primeros 95 días de 2024.

Aunque el Gobierno intentó mitigar estos aumentos para mantener la inflación bajo control, la estrategia a largo plazo apunta hacia una liberación casi total del mercado de combustibles. Esto implicaría permitir que los precios reflejen más fielmente los valores internacionales del petróleo, lo que podría llevar a mayores fluctuaciones en los precios domésticos.