En una decisión que generó repercusión internacional, Argentina fue el único país en votar en contra de una resolución de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que busca intensificar los esfuerzos para eliminar todas las formas de violencia contra mujeres y niñas. La medida fue respaldada por 170 países, mientras que 13 se abstuvieron y únicamente Argentina se opuso.
Un giro en la política exterior
Este posicionamiento ocurre en el marco de un cambio en la política exterior impulsado por el presidente Javier Milei, quien recientemente anunció una “auditoría” para garantizar que los diplomáticos argentinos estén alineados con sus “ideas de la libertad”. La medida llega tras la destitución de la ex canciller Diana Mondino, lo que también ha marcado tensiones internas en el Gobierno.
Lo llamativo es que esta postura contrasta con la de algunos de los principales aliados internacionales de la gestión Milei, como Estados Unidos e Israel, que votaron a favor de la iniciativa. Por otro lado, países como Rusia, Irán y Nicaragua optaron por abstenerse.
Reacciones y contexto
La votación no pasó desapercibida y se suma a otra polémica reciente en la Asamblea General de la ONU, donde Argentina fue el único país en oponerse a una resolución sobre los derechos de los pueblos indígenas , promovida por Bolivia, México y otros países latinoamericanos. Esa decisión ya había generado críticas, al igual que esta nueva postura sobre la violencia de género.
¿Qué implica esta resolución?
La iniciativa de la ONU busca fortalecer las políticas públicas para prevenir, sancionar y erradicar la violencia de género, un flagelo que afecta especialmente a niñas y mujeres en situación de vulnerabilidad. Según organismos internacionales, la violencia de género sigue siendo una de las principales causas de desigualdad y discriminación en todo el mundo.
Un mensaje contradictorio
Mientras la administración Milei intenta posicionarse como un aliado cercano a las democracias occidentales, decisiones como esta parecen debilitar su imagen internacional. La contradicción con el voto de países como Estados Unidos, tradicional aliado en temas de derechos humanos, ha dejado perplejos a analistas y diplomáticos.
Con una política exterior en plena redefinición, este tipo de votaciones podrían tener implicancias más profundas en las relaciones de Argentina con la comunidad internacional. Por el momento, las críticas no han tardado en llegar, tanto desde sectores opositores como de organismos de derechos humanos.