Argentina continúa destacándose por tener la inflación anual más alta a nivel mundial, superando incluso a naciones afectadas por crisis económicas como Líbano y Venezuela. En febrero, la brecha entre los niveles de inflación de estos países se amplió significativamente, mientras que el panorama global muestra una tendencia decreciente en los niveles de inflación, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), en febrero la inflación en Argentina alcanzó un preocupante 13.2%, acumulando un alarmante 276% en el último año. Estas cifras contrastan con las del Líbano, que registró un 177% anual en enero, y Venezuela, con una inflación anual del 85%. Sin embargo, en el último país se observó una deflación puntual en febrero, atribuida a factores como la apreciación del tipo de cambio y una menor emisión de dinero por parte del Banco Central.
El sector alimentario, de gran peso en el índice de precios, mostró una disminución del 3.1% en Argentina, reflejando la debilidad en la demanda y el descenso del consumo. Esta situación se suma a la inercia inflacionaria y al ajuste pendiente de los precios relativos, lo que lleva a proyectar que la inflación se mantendrá en niveles cercanos al 210% este año.
A pesar de las expectativas del presidente Javier Milei de una caída abrupta de la inflación, las consultoras relevadas por el Banco Central anticipan que la inflación se mantendrá elevada hasta finales de 2025, cuando podría finalmente alcanzar cifras de un solo dígito, siempre y cuando se mantenga una política fiscal y monetaria prudente.